Wednesday, May 3, 2017

Un Vino de Postre Autenticamente Toscano





Vin Santo o vino santo originario de la región de la Toscana, es un vino de postre italiano que proviene a menudo de distintas uvas blancas como la Trebbiano y la Malvasia, aunque también puede usarse Sangiovese para producir una variante rosada  llamada Occhio di Pernice (‘ojo de perdiz’). Debido a su proceso de elaboración no muchas vinícolas lo producen ya que requiere de tiempo y mucha dedicación... lo que da como resultado un vino altamente especial y muy preciado.

La cosecha de las uvas es completamente manual y hecha con mucho cuidado para después dejarlas secar en una especie de bodega, con mucha ventilación,  cuidando que no les dé luz directa. Esto puede tomar semanas o incluso meses, hasta que tengan una apariencia de pasa. A medida de que el líquido de la uva se evapora la concentración de azúcar incrementa. Una vez que están secas las uvas, son prensadas y lo que se obtiene de este proceso es colocado en barricas, llamadas “caratelli”. Dependerá de cada productor si agrega levadura o “mosto madre”, lo cual pertenece a los residuos de moho de cosechas anteriores y que colabora a la formación de levadura. Los “caratelli” después se sellan perfectamente para no tener contacto con el ambiente, y se depositan en cuartos en donde no se regule la temperatura, pues se cree que los cambios de temperatura de cada estación y entre el día y la noche ayudan a mejorar el aroma y sabor del vino. El periodo de tiempo que se deja el vino en las barricas puede variar, sin embargo lo más común es que sea de 6 años. En ocasiones, por el tipo de uva puede permanecer hasta 11 años.

También es importante describir el sabor y apariencia de este vino, que es en mi opinión una delicia italiana. De acuerdo a Stephen Brook, experto en vinos, él describe los mejores ejemplares “con un color dorado o bronce, con aromas que pueden ir desde duraznos secos a cáscara de naranja, miel y caramelo, mostrando una complejidad considerable en el paladar, con sabores que reflejan los aromas junto con una textura aterciopelada y una acidez limpia”.

Hay muchas historias acerca del origen del nombre, la que se escucha mas en la región es que en Siena en la época de una de las plagas en 1348, a un fraile franciscano se le ocurrió usar el vino que se utiliza durante la misa para curar la plaga, por lo cual llegó a llamarse Vin Santo.

En nuestro recorrido por la Toscana hacemos una encantadora parada en la Villa del Cigliano, casa de Anna Macaferri, cuya familia desciende de los Antinori. Nos sentamos a la mesa con un rico almuerzo, degustamos de los vinos producidos ahí mismo y no podrá faltar una deliciosa copa de Vin Santo acompañada de unos “cantucci”, o como se conocen mas comúnmente los biscotti de almendra, pero esa es otra historia… otra expedición culinaria! 
Esperen otro post en donde hablaremos de esta galleta de la Toscana y les compartiremos nuestra receta. Hasta pronto! 
Cynthia Carranza